Las vidas pasadas se pueden revivir de diferentes maneras, una de ellas es a través de la hipnosis, la otra viene con los sueños.
Algunos de ellos tienen reminiscencias de otras vidas.
Es la forma que tiene el alma de traer a la conciencia un hecho no resuelto del pasado y que todavía sigue perturbando la psiquis.
“El sueño no es otra cosa, que el alma salida del cuerpo”. (dice L. Denis)
Esta es una forma de verlo y aquí coinciden los tibetanos que dicen que al soñar salimos de nuestro cuerpo. En este estado el alma, explora, conoce, se encuentra con un saber superior de donde le baja información.
Mientras el cuerpo físico descansa, el alma se desprende y pueden elaborar situaciones de la vida diaria, resolver problemas, encontrarse con seres que ya no están con nosotros, realizar viajes astrales, etc. Y también revivir vidas pasadas...
Los sueños, al aparecer en estado de conciencia expandida, se encuentran en un nivel donde el alma se desplaza fuera de las limitaciones que le imponen el tiempo, el espacio y el movimiento.
Sueños de persecuciones, de muerte, de ahogos, pesadillas recurrentes, son recursos del inconsciente para traer a la conciencia situaciones del pasado que deben ser resueltas.
De alguna manera estas situaciones están perturbando a la persona, entonces el inconsciente las lleva a la luz, a través de síntomas, en forma de fobias, miedos exacerbados, reacciones psicosomáticas o a través de los sueños.
Una mujer de mediana edad empezó a tener sueños recurrentes con rabinos. En estos sueños escuchaba palabras en hebreo desconocidas para ella, que una vez traducidas le decían “Esto es lo tuyo”, llena de intriga, consulta a un pariente mayor quien le confiesa, que en verdad, ella era de origen judío.
Un paciente mío soñó con su padre fallecido, que le revelaba donde encontrar papeles importantes que él estaba necesitando. Cuando fue a buscarlos estaban allí.
Como estos ejemplos hay muchos.
Otros sueños nos dan la clave para remitir síntomas que se están manifestando, insomnio, ahogos, pánico, síntomas corporales agudos.
Trabajar con terapia de vidas pasadas a través de los sueños recurrentes, es muy sencillo, porque la movilización de la energía ya se puso en marcha, la escena ya es vívida para la persona, no se viaja al pasado, sino que la emoción está viviendo en el presente.
Se le pide a la persona que recuerde el sueño para que afloren las emociones y que hagan de puente hacia otra vida.
Una vez recordado y vivenciado el hecho traumático, la energía se suelta del síntoma y vuelve al presente desactivándose.
El síntoma se desvanece porque ya no cumple ninguna función de alarma.
El alma recupera entonces esa energía y fuerza. Con cada recupero, más en equilibrio nos encontramos.
Nuestra vida actual, trae reminiscencias de otras vidas pasadas, los recuerdos, los sufrimientos, lo aprendido, lo experimentado, todo se archiva en el inconsciente. Es allí donde navegamos para sacarlo a la superficie y ordenarlo.
Para eso se utiliza la hipnosis o los estados meditativos, para poder abrir las compuertas del inconsciente, sumergirnos en la emoción, desactivar traumas, acomodar hechos y reencauzar la energía.
Esta práctica nos da calidad de vida y capacidades para sobrellevar las crisis o situaciones límtes de manera criteriosa y equilibrada.